Manuel de Falla (Cádiz 1876 – Alta Gracia, Argentina, 1946).
2ª Suite de El sombrero de tres picos (1921)
Érase una vez…
Érase una vez, en un lugar de Andalucía cuyo nombre no conocemos, un bonito molino, con un emparrado y muchas flores. El molinero Lucas, un murciano más feo que Picio,
y su bella molinera, la navarra Frasquita, se amaban y sabían reírse juntos.
Por las tardes se dejaban caer por allí las fuerzas vivas del lugar para hacer tertulia debajo de la parra, encabezadas por el obispo y el corregidor, alcalde nombrado por el rey. Aunque todos estaban un poco enamorados de la molinera, ella no les hacía ningún caso.
El drama acechaba bajo el emparrado …
Pero el corregidor, jorobado, deforme y con un gran tricornio rematando su fea cabeza, no estaba acostumbrado a que le dijeran que no, así que iba cerrando el cerco para conquistar a Frasquita.
Afortunadamente, la molinera además de guapa era lista, por lo que las tretas del corregidor rijoso no tuvieron éxito y, en el momento culminante de su cortejo, acabó dando con su cuerpo en el canal.
Claro que la comedia estuvo a punto de convertirse en tragedia cuando llegó Lucas y lo encontró desnudo e, interpretando equivocadamente los hechos, se creyó engañado por su mujer y empezó a comportarse como un “Otelo murciano” …
Pero la sangre no llegó al río
Finalmente la corregidora, indignada con su marido, puso a cada uno en su sitio; los vecinos mantearon al burlado corregidor, los héroes de la historia se explicaron y todo quedó en una farsa.
De novela de Pedro Antonio de Alarcón…
La trama, situada hacia 1800, está basada en una novela de Pedro Antonio de Alarcón (1874) , contemporáneo de Juan Valera y Benito Pérez Galdós, cuyo costumbrismo realista está teñido de humor.
Desde su juventud , Falla estuvo atraído por la idea de hacer algo con ella. La ocasión surgió en 1916 de un encuentro del músico con el director de los Ballets Rusos, Serguéi Diaghilev, al que había conocido años antes en París y que huyendo de la I Guerra Mundial se había refugiado en España. A Diaghilev, enamorado de Granada como Falla, le encantó En el Generalife (de Noches en los jardines de España) y propuso al español una colaboración.
… a pantomima de María Lejárraga y G. Martínez Sierra
Antes de entregar su trabajo a Diaghilev, Falla estrenó en abril de 1917 en el Teatro Eslava de Madrid y bajo la dirección de Joaquín Turina, una pantomima musical, El corregidor y la molinera, con guion de Martínez Sierra y María Lejárraga.
La novela de Alarcón se había convertido en una versión española de los enredos de la comedia del arte, con Arlequín y Colombina transformados en molineros, y Polichinela en el lujurioso corregidor.
De pantomima a ballet…
Finalmente Falla escribió su ballet y Diaghilev reunió a un elenco internacional para ponerlo en escena: los Ballets Rusos y el coreógrafo y bailarín Léonide Massine, el director suizo E. Ansermet, y el español Pablo Ruiz Picasso a cargo de figurines, escenarios y maquillaje; Picasso, que había “vuelto al orden” después de su periodo cubista y pronto se casaría con una bailarina de la compañía, sugirió también incluir los jaleos y voces en la interpretación.
En todos los aspectos la obra es una conciliación de la vanguardia y el clasicismo, y una muestra de la colaboración de distintas artes.
El estreno en el Teatro Alhambra de Londres, en julio de 1919, fue un éxito clamoroso; sin embargo, el súbito empeoramiento de su madre enferma impidió a Falla presenciarlo, ya que tuvo que regresar precipitadamente a España. Irónicamente, tampoco llegó a tiempo de verla con vida.
… Y de ballet a suites orquestales
En 1921 Falla presentó la obra en forma de dos suites para orquesta , cada una compuesta por tres danzas, que se corresponden con los dos cuadros del ballet (La tarde y La noche). En el concierto «Cántame un cuento» de Orquesta COAM se interpretará la Segunda Suite.
Música popular y música culta
En ella vamos a escuchar el encaje perfecto de música popular y música culta que logró Falla. En este caso, aunque predominan los ritmos andaluces, la obra es un cuadro sonoro de la música popular española.
Como Albéniz, Granados o Turina, Falla era discípulo del gran teórico del nacionalismo musical español, el catalán Felipe Pedrell, que fue catedrático en el Conservatorio de Madrid.
Falla ya conocía los principios, pero la incorporación de lo popular a lo culto era tarea muy compleja.
El primer toque de atención se lo habían dado los vecinos de Fuendetodos, el pueblo de Goya, que no reconocieron como jota una pieza escrita por el compositor e interpretada para ellos por una soprano.
Con Diaghilev y Massine, Falla pasó el verano de 1917 viajando por España para sumergirse en las fuentes de lo popular. El propio Massine hablaba de la iluminación que fue para él el duende del bailarín español Félix Fernández, y de la intensidad con que Falla escuchaba la voz del pueblo en la guitarra.
Justo al mismo tiempo Sorolla, por encargo de la Hispanic Society de Nueva York, viajaba con su caballete para captar la esencia de lo español en su Visión de España.
No se pierdan ustedes este breve documento sobre la reposición en Granada del ballet El sombrero de tres picos, inspirada por Lorca Massine, hijo del genial coreógrafo.
Segunda Suite de El sombrero de tres picos
Orquesta COAM interpretará en su próximo concierto la segunda de las dos suites de El sombrero de tres picos de Manuel de Falla. Esta suite consta de tres piezas:
- Danza de los vecinos: Los vecinos celebran la Noche de san Juan a ritmo de seguidillas.
- Danza del molinero: Esta farruca expresa el carácter fogoso y decidido de Lucas. Falla la escribió poco antes del estreno ante la insistencia de Massine, que quería contraponer una danza de su personaje al fandango bailado por la molinera.
- Danza final: En este final podemos escuchar melodías de diversos lugares de España, sobre las que domina la jota. Los glisandos nos remiten al manteo del corregidor por los vecinos.
Si has llegado hasta aquí leyendo….
Tenemos un reto para ti. En este enlace te dejamos una actividad didáctica sobre Manuel de Falla y El sombrero de tres picos. ¡A ver cuántas preguntas aciertas!