Con ocasión de nuestro próximo concierto en el que nuestra violonchelista principal, Andrea Bernal Da Silva Pinheiro interpretará el concierto en La menor de Saint-Säens, hemos pedido a Andrea que nos escriba unas palabras. Aquí os compartimos la preciosa historia de Andrea con el concierto de Saint-Säens.
¡Gracias, Andrea!
“La música constituye una revelación más alta que cualquier filosofía” – Ludwig van Beethoven
Recuerdo perfectamente la primera vez que cogí un violonchelo. Fue durante la primera clase de todas, allá por el 2003. Naturalmente, no sabía tocar, pero solo la expectativa de lo que podría sonar me mantenía con la mayor ilusión que he tenido nunca. Ese mismo día, al llegar a casa, saqué el chelo de la funda y dije “Mira, mamá, ¡ya sé cómo se llaman las cuerdas!”, y las toqué en pizzicato con la misma satisfacción de estar tocando cualquier gran obra del repertorio.
No sabría decir el momento exacto de la revelación de la que hablaba Beethoven, pero lo que sí sé es que no recuerdo un solo día en el que no quisiese dedicarme a tocar.
«Sabía que algún día podría hacerlo»
Mi historia con el concierto de Saint-Säens comenzó pocos años después, cuando le escuché tocar el primer movimiento a un compañero “de los mayores”. Rápidamente le pedí a mi madre que me comprase la partitura. Claro que no podía tocarla aún, al menos no mucho más que los primeros compases, pero sabía que algún día podría hacerlo.
Una de las cosas que me ha definido siempre como músico (y en cierta manera como persona) es querer enfrentarme a retos, aunque aparentemente me queden grandes. Afortunadamente, mi profesor por aquel entonces, José Miguel, me animaba a leer toda la música que quisiese sin importar el nivel de la partitura, así que empecé a tocar (o jugar, como dirían los angloparlantes) el concierto de Saint-Säens muy pronto.
Desafinaba, me costaba leer las notas en clave de Do e incluso tocaba algunas frases de oído, pero poco a poco, con el paso del tiempo me daba cuenta de que cada vez podía hacerlo mejor y eso me generaba satisfacción y ganas de seguir estudiando.
Posteriormente, durante mis años de grado superior he estudiado obras muy diferentes, algunas consideradas más difíciles y de mayor envergadura que el concierto de Saint-Säens. Sin embargo, siempre había una especie de atracción natural hacia esta obra que hacía que recurriese a ella siempre que no estaba cómoda y quería “encontrarme a mí misma” tocando.
«Decidí emprender el camino más duro que podía haber imaginado»
Después vino el “y ahora, ¿qué?” que sufrimos todos cuando acabamos la carrera de música, en este caso acompañado de una pandemia que golpeó fuertemente y paralizó al sector de las artes escénicas. Decidí entonces emprender el camino más duro que podía haber imaginado, cambiando completamente de profesión de un día para otro, empezando de cero en otro mundo y construyendo un camino profesional diferente.
«Sigo acudiendo a Saint-Saëns para buscarme y, a veces, incluso encontrarme»
Saint-Saëns me ha acompañado año tras año durante toda mi vida, en cada etapa, convirtiéndose quizás en la obra que más he interiorizado, la que más tiempo he estudiado y la que más he escuchado.
Curiosamente, es una obra que no he tocado casi en público y mucho menos con orquesta, por lo que este es un proyecto muy especial para mí, con un gran significado personal. En este nuevo camino que estoy recorriendo, donde muchas veces no tengo tiempo de tocar (o mejor dicho, jugar) y donde aún me siento bastante perdida, sigo acudiendo a Saint-Saëns para buscarme y, a veces, incluso encontrarme.
Andrea Bernal Da Silva Pinheiro
Mayo 2023
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Bellas palabras y buen ejemplo de superación. A partir de ahora, cuando escuche este concierto, te buscaré entre las notas, e incluso puede que te encuentre. Cuánta razón tenía Nietzsche cuando dijo que «sin música, la vida sería un error».
Andreíta que palabras tan lindas… A veces la vida es así te pone a prueba te hace cambiar de sendero… Pero si tu amor por algo persiste… En tu caso por la música… Al final gana…que sigas disfrutando con y de Saint-Saens
¡Qué grande eres fofinha!