Beethoven compuso la Quinta Sinfonía entre 1804 y 1808, desde el esbozo de las primeras ideas, hasta su forma final. Fue un periodo de trabajo febril en el que escribió, entre otras obras, dos sinfonías más, un concierto de piano, la Sonata para piano nº 23 Appassionata, una misa y la primera versión de la ópera Fidelio.
El Destino llama a la puerta
Incluso en una reducción para piano, que es como la mayoría de los europeos podía escuchar música sinfónica antes de la invención del sonido grabado, siempre se ha intentado desentrañar el “mensaje” que nos transmite Beethoven.
Se han atribuido distintos significados a los célebres primeros compases de la obra, desde la supuesta exclamación del autor, “¡Así llama el Destino a la puerta!”, a la posible inspiración en el canto de un pájaro.
Pero según J. E. Gardiner hay más. En 1805, poco antes de la entrada de las tropas napoleónicas en Viena, llegó a esta ciudad procedente de Francia Luigi Cherubini, uno de los fundadores del Conservatorio de París. En la capital austriaca saludó a Haydn y conoció a Beethoven, de quien decía “¡Siempre es brusco!”.
Por los derechos humanos
Cherubini era autor de una obrita entonces famosa, el Himno del Panteón , dedicado a los héroes de la Revolución Francesa muertos, “espada en mano”, luchando “por los derechos humanos”.
El timbal que resuena en los primeros compases de este himno de Cherubini fue muy probablemente la fuente de inspiración para el “ta-ta-ta-taan” dramático y solemne que abre la obra de Beethoven, y la oscura melodía subyacente en el himno quizá le sugiriera el soporte dramático que sustenta toda la Quinta Sinfonía.
Solo camuflada de esta manera podía expresar el compositor su ardiente admiración por el legado de la Revolución Francesa, encarnado en algunas grandes palabras prohibidas en la Viena en la que vivía Beethoven: Libertad, Fraternidad, Igualdad.
V de Victoria
También durante la Segunda Guerra Mundial, en una Europa sometida a la ocupación nazi, los pitidos con que comenzaban los mensajes de la BBC debían de sonar a la Resistencia europea a Libertad: eran en alfabeto Morse la V de Victoria (punto punto punto raya) que, es curioso, evoca el grandioso comienzo de la Quinta Sinfonía.
El Beethoven íntimo
A esta dramática llamada le sigue la pausa lírica del segundo movimiento, la cara profundamente dulce y compasiva del Beethoven íntimo, que desemboca en un desarrollo majestuoso y nos lleva al tono épico del tercero.
El tercer movimiento
Los violonchelos introducen el maravilloso tema del tercer movimiento contestado por el clamor de las trompas. Es el Beethoven de ideas claras, el que luchando con la sordera y el dolor físico y moral se resiste a dejarse vencer. La reiteración de este tema nos guiará hasta la fuga final: un músico revolucionario que estaba definiendo una manera nueva de componer volvía la mirada a una de las formas fundamentales de la música barroca.
El Beethoven épico de la apoteosis final
Beethoven era un hombre apasionado que vivía privado de afectos poderosos, y necesitaba proclamar la plenitud de los sentimientos que lo embargaban.
Esto explica la locuacidad de sus sinfonías. De momento recurría a melodías francesas en boga. Cuando en su Novena Sinfonía puso música a la Oda a la alegría de Schiller e introdujo un coro, logró por fin expresarse sin malentendidos. Pero aún no había llegado ese momento, estamos en la Quinta.
Al entrar en la última parte metales y percusión apelan de nuevo a nosotros y casi convierten el cuarto movimiento de la sinfonía en una marcha militar.
Escuchamos al Beethoven épico en una explosión de energía y reconocemos una frase sin palabras: “Chantons la liberté, couronnons sa statue!”.Se trata de unos compases de otro tema revolucionario, el Himno ditirámbico con el que el capitán Rouget de l’Isle, autor de La Marsellesa, celebró la caída de Robespierre en 1794.
Una llamada a la Humanidad
No importa el objetivo inicial de aquella frase: el corazón de Beethoven, “palanca de todo lo grande”, la convirtió en un himno universal. En ella escuchamos una llamada a la Humanidad de quien escribió “Hacer todo el Bien posible; amar la Libertad sobre todas las cosas y, aun cuando fuera por un trono, no traicionar jamás la Verdad”.
La Quinta Sinfonía de Beethoven es una de las dos obras que componen el proyecto: «Romanticismo, del mío al nuestro» que Conjunto Orquestal Académico de Madrid interpretará la primavera de 2024.
Madrid, marzo 2024